Juegos ópticos del espacio y de la luz
Un prisma puro formado por cuatro muros de ladrillo con múltiples aberturas de ritmo constante nos deja distinguir a través de sus aristas abiertas su estructura interior.
Una logia perimetral formada por múltiples columnas no identifica claramente el acceso, el edificio posee un carácter formal puro que sobresale en el vacío del paisaje.
Una vez en su interior, la pureza geométrica define el espacio central construido en hormigón, el mismo es una cáscara que determina un vacío central cuadrado de múltiples alturas apoyado en sus cuatro vértices sobre columnas que se manifiestan a lo alto de las aristas del espacio central como facetas a 45 grados y sostienen dos vigas cenitales en forma de cruz. La luz natural baña los prismas flotantes de madera que asoman en los vacíos circulares de esta cáscara de hormigón. El estrecho espacio entre estos prismas flotantes y la cáscara genera una tensión en un juego de sombras que muestra una fina capa de vacío.
La combinación del espacio central - dominante y estático - sumado al dinamismo visual de la multiplicidad de formas genera un continuidad de variaciones espaciales que se experimentan durante los recorridos perimetrales en sus diferentes niveles, participando del espacio central a través de las grandes caladuras circulares de la cáscara de hormigón. La riqueza espacial esta en las sensaciones que causa el vacío central durante su recorrido perimetral. A estos recorridos se arriba a través de circulaciones verticales ubicadas en las esquinas de la caja.
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